Amantes del Caos!!!!

Hoy en día vivimos arrullando nuestra conciencia, perdonando ese estado caótico en el cual nadamos siguiendo la corriente. Y en las noches, quedamos de espaldas, en nuestra cama, mirando el techo, preguntándonos por qué Dios haría un mundo tan triste, solo pensando. Nunca había escuchado de ese tal Teo, hasta ayer que un compa me mando un mensaje preguntándome todos los detalles, y yo, no sabia nada... y en la tarde ya con todas las respuestas dadas por el Magoogle de Oz, le respondí a mi compa, nombrándolo “gruppie de los narcos”. Si, en la madrugada, helicópteros sobrevolando cerca de mi terruño, no me dijo nada; TV, anulada gracias a mis visitas nocturnas, así que nada, fue hasta la tarde que me entere, quise saber más.

Y me imagine a ese tal Teo sintiéndose algo autodestructivo, totalmente alienado y solo, esperando respuestas; diciéndose así mismo –debo estar loco-. Pero dándose cuenta que la sociedad, al igual que él, también tenemos algo de culpa, mostrando un interés personal en las catástrofes y el mal que le pase a los demás -¿rezagos de nuestro pecado original?- guerras, hambrunas, tormentas, hasta los más superficiales problemas que le suceden a los artistas de la farándula y demás son necesidades bien definidas. La depresión, los conflictos, los disturbios, las peleas, los chismes, asesinatos, el suicidio, la muerte espiritual, lo snuff, todo ese horror conlleva una malsana atracción...ese estado casi lascivo que crean la muerte y la destrucción.

Todos somos así, nos delata; y claro, muchos ponen cara triste, sobre todo los noticieros, haciéndolos problemas mundiales. Pero todos sabemos que su función no es eliminar los males del mundo, sino convencernos de aceptarlos y acostumbrarnos a vivir plácidamente con ellos.

"Debemos entender que en REALIDAD no estamos preocupados por NADA"
Jack Kerouac, On the road


Muchos quieren que seamos observadores pasivos, creemos que no nos han dado más opciones, fuera del puramente simbólico acto participativo y ciudadano de votar y peor aún, hacemos sátira de estos acontecimientos, incentivando con ello, un relativismo moral de nuestra realidad. Hace falta estudiar más las cosas en si mismas, hacer epojé en el otro, recorriendo diariamente las calles de la vida y también de la noche.